Diego Schissi habla de “Timba”, su nuevo disco
El periodista Omar Gimenez entrevistó para el sítio Clube de Jazz, el pianista, arreglador y compositor porteño Diego Schissi, quese refiere al disco que acaba de grabar junto a su quinteto y que se presenta oficialmente el 29 de Julio y el 5 de Agosto en Café Vinilo.
Está lloviendo en Buenos Aires, llueve. Llueve sin pausa, llueve. Llueve desde hace días, llueve. Un cielo desconsolado se mudó acá cerquita y los paraguas que de pronto afloran por donde se mire parecen alcanzarlo sin esfuerzo, aunque no vuelen. Es el barrio del Abasto, barrio de tango y leyenda, donde el pianista Diego Schissi recibe a Clube de Jazz en una tarde lluviosa. La entrevista transcurre en una cocina cálida e informal donde Schissi comparte unos mates necesarios y en el punto justo. Allí habla de “Timba”, su nuevo disco, que se presenta oficialmente en julio y ya genera una expectativa alta, que puede palpitarse en las redes sociales.
Del álbum, el último que produjo con su quinteto – en el que se le suman Juan Pablo Navarro en contrabajo, Santiago Segret en bandoneón, Ismael Grossman en guitarra y Guillermo Rubino en violín- Schissi dice que es oscuro, conceptual, con el eje puesto en la composición. En el trabajo, el tango está presente tanto en la temática -la “timba”, en lunfardo es el juego de azar, un elemento muy presente en la liturgia del género- como en el tratamiento de las composiciones y en el sonido, sobre todo en lo tímbrico. El jazz aparece de una forma más sutil, en cierta libertad en el tratamiento del material, en cierto color. Pero no es el lenguaje del jazz puro y duro, sino el que llega a través de la mirada de Astor Piazzola, el referente indiscutido de la banda.
La charla se abre y permite a Schissi referirse a otros temas: el futuro del trabajo del quinteto con el trío Acaseca – que dio lugar al recordado disco “Hermanos, en vivo en el Café Vinilo” y que podría alumbrar en el futuro un disco en estudio con nuevas composiciones -; su relación con el piano, su manera de componer. Y sobre todo su interés por hacer, producir, dejar testimonio. Un afán potenciado en los últimos tiempos y del que “Timba” es otra demostración, mientras aparece en carpeta el proyecto de hacer un disco de 47 temas a partir de las 47 palabras que integran el tema “Por”, que Luis Alberto Spinetta grabó en el disco Artaud, de Pescado Rabioso, en 1973.
Cualquier nota bibliográfica sobre Diego Schissi no puede omitir ciertos datos: arreglador, pianista y compositor, Schissi nació en Buenos Aires en 1969, pasó 7 años en Estados Unidos y a fines de los `90 integró el Quinteto Urbano junto a Juan Cruz de Urquiza, Oscar Giunta, Rodrigo Domínguez y Guillermo Delgado, con quienes grabó tres discos que dejaron huella en la escena jazzística local. Incursionó en el folclore, el tango y la música de cámara, tocando con músicos como Lidia Borda, Gerry Mulligan o Chico O´Farrill. “Tren” fue su primer disco solista, que giró en torno a la obra de grandes escritores argentinos. Los últimos trabajos grabados por su quinteto fueron el mencionado junto al trío Acaseca y “Tipas y Tipos”, también grabado en vivo en el Café Vinilo.
A suerte y verdad
Catorce canciones componen “Timba”, el nuevo disco del quinteto, que comenzó a revelarse gradualmente y de manera un poco azarosa, dice Schissi: sucedió cuando trabajando en los bocetos de las canciones, en la número 14 surgió la idea del borracho siguiendo el código de los quinieleros . A partir de allí, cada tema se fue relacionando con un número de la quiniela, un universo que el autor tuvo que investigar, ya que le resultaba desconocido.
“Cuando surgió la idea de lograr una concordancia entre los temas y los números de la quiniela decidimos hacer el disco entero alrededor de ese concepto. La quiniela es un tema muy tanguero, pero a mí me pega mucho por un lado que no tiene nada que ver con el juego, sino con los sueños, el determinismo, el azar. Como que la vida tiene sus recorridos y uno tiene que acomodarse a ellos”, afirma.
Así, la lista de temas viene acompañada por esos números que vinculan los conceptos con los sueños en el mundo de la quiniela. Y es la siguiente: Pelea (82), Música (55), El Borracho (14), El Miedo (90), La Yeta (13), Hermanos (99), La Sangre (31), La Guita (32), Pane (que alude tanto al pan como al bandoneonista Julio Panne, 50), Balcón (43), Latte (10) El Muerto que Habla (48), Ahogado (58) y Hospital (53). “La idea es que el azar también aparezca en la presentación en vivo y que el orden de los temas se arme a través de un sorteo, con una bolsa entre los asistentes a los conciertos”, dice Schissi.
Música para tiempos oscuros
Al disco, que ya pasó por su masterización definitiva, lo califica como “oscuro” y centrado en la composición: “Tiene como referencia al tango desde lo tímbrico, en ese hecho de asumir que es una música rítmica donde no hay percusión. A partir de ahí, se abre en muchas direcciones. Pero es un disco mucho más oscuro, no sé si por cuestiones personales o sociales. Hasta tal punto este rasgo es definitorio que dos temas que eran más luminosos quedaron afuera, porque se salían de la tónica”, comenta Schissi entre mate y mate.
El trabajo representa, también, una vuelta a las formas de los primeros discos del quinteto instrumental, dice el pianista, que es autor de todas las composiciones. Creaciones que nacen a partir de una escritura que califica como “bastante completa”, pero que se van transformando a partir del aporte de los distintos instrumentistas. Después de siete años de continuidad, el quinteto está afianzado, no obstante lo cual Schissi reconoce que un álbum como “Timba”, para madurar su identidad, necesitó alrededor de un año de dedicación antes de llegar a plasmarse en el estudio de grabación.
¿Y el jazz?: Diego Schissi dice que está presente, en el nuevo disco, de una forma más sutil y siempre visto a través del prisma de Piazzolla, el gran referente del grupo.“La idea es tomar del jazz la libertad, pero a partir de algo escrito. No hay espacio para la improvisación jazzística, porque eso desgarraría la idea. Aún así, los músicos tienen un margen para apartarse de los escrito y la sorpresa, cuando eso pasa, es algo que se agradece”, afirma y completa: “hay además algunas cosas del lenguaje del jazz, que sin sonar a jazz tienen como un aroma. Y una cosa como de abordar el género a través de la mirada de Piazzolla, con espacio para la espontaneidad y sin miedo a las situaciones diferentes. Piazzolla está siempre. Nosotros llegamos al tango a través de él, que es el padre espiritual del grupo. Para mí es el héroe musical, no puedo hablar sin emoción de él”.
Destino poético y pasión por hacer
Después enumera algunos elementos característicos del trabajo: el primero, la sonoridad de quinteto y un único carácter que define a las músicas, en las que “el tema que es triste y melancólico lo es desde que empieza hasta que termina”. En la lógica de la composición, dice Schissi, se ponen en juego elementos y el equilibrio entre esos elementos. Y se trabaja sin esperar un resultado, para que cuando éste llegue “te vaya sorprendiendo”. Optar por el hincapié en la composición, dice, tiene que ver con que ese es el lugar en el que se pueden unir todas los ingredientes que le interesan.
“Me gusta pensar la música con destino poético. Unir elementos y tratar de encontrar una lógica que no tiene justificación. Los temas de “Timba” cubren necesidades expresivas del grupo, y la idea es generar un alto nivel de potencia, valorando además, la sutileza y lo expresivo”.A lo largo de la charla, Schissi va deslizando otros conceptos: la idea de que la música que hace el quinteto no es fácil, sino una música “para una segunda o tercera escucha”, a pesar de lo cual deja claro que no se siente “vanguardia de nada”. La idea de que atraviesa un momento en el que se siente más interesado por la composición para el quinteto que por el piano como instrumento, aunque no descarta, en un futuro, trabajar en un disco de piano solo. En suma, un momento en que la prioridad, de una u otra forma, es hacer. Concretar proyectos. Dejar testimonio.
